En un fallo poco habitual pero que seguramente sentará un antecedente para futuras causas, el Tribunal Federal de esta ciudad decidió absolver ayer al gendarme Ramón Silvera (34), quien había llegado a debate acusado de cohecho y violación de los deberes de funcionario público, y declaró la nulidad de toda la investigación en su contra.
La esperada sentencia se conoció ayer al mediodía, tras seis jornadas de debate y el desfile de más de diez testigos por el recinto, en su gran mayoría suboficiales, investigadores y altos mandos de la Gendarmería Nacional Argentina (GNA).
Cuando el reloj marcó las 12, los magistrados Norma Lampugnani (presidente), Manuel Alberto Jesús Moreira y Mario Hachiro Doi regresaron al recinto de debate tras un cuarto intermedio durante el cual analizaron la decisión a tomar tras conocerse las posturas de la fiscalía y la defensa en la jornada previa.
En los primeros puntos del fallo, el Tribunal declaró la nulidad de la investigación por violación de las garantías constitucionales y anuló también las intervenciones telefónicas ilegales realizadas al imputado en el período comprendido entre el 17 de octubre y el 13 de diciembre de 2009.
Por lo tanto, en el siguiente punto comunicaron la absolución de culpa y cargo de Ramón Silvera en los hechos que le fueron atribuidos en la causa y dispusieron además el cese del embargo sobre sus bienes.
A partir ahí, las siguientes resoluciones fueron todas contra la denuncia, la investigación y la participación de los uniformados que declararon tanto en la instrucción como en el recinto de debate.
El tribunal ordenó remitir a la fiscalía de instrucción federal en turno todas las actuaciones que se consideren pertinentes para investigar la posible comisión de los delitos de falso testimonio, falsa denuncia y manipulación de documento público, entre otros presuntos ilícitos.
La lectura de los fundamentos del fallo fue programada para el próximo lunes a las 12, en las instalaciones del tribunal ubicado en Félix de Azara 2170.
Irregularidades
En los alegatos del lunes, la fiscal Vivian Barbosa había solicitado modificar la tipificación del delito endilgado al acusado y condenarlo a dos años y seis meses de prisión por “exacciones ilegales por concusión”, más una inhabilitación especial de cinco años para cargos públicos.
La defensa, en tanto, encabezada por el abogado particular Hugo Zapana, había pedido la absolución de su defendido y la nulidad de la investigación por diversas irregularidades detectadas durante la instrucción de la causa.
Según expuso Zapana durante sus alegatos, la investigación de GNA contra Silvera comenzó antes de que se formalice la denuncia en la fiscalía federal y prosiguió incluso sin la intervención correspondiente del juez federal.
También recayó sobre la declaración aportada por el testigo Matías Nicolás Fernández, la cual en su momento fue realizada en el Centro de Reunión de Información Misiones (Crimis) de GNA, lo cual tampoco se amparaba en los marcos legales de una investigación.
Durante la ronda de réplicas y dúplicas, y luego de pedir disculpas a la fiscal por haber utilizado el término “manotazo” para definir el cambio de carátula, Zapana sostuvo ante el tribunal: “Yo quisiera que las generaciones venideras recuerden este debate en el que la fiscal luchó con las herramientas legales, frente a la defensa que hizo lo que pudo, pero que, lamentablemente, esta causa viene hedionda desde el inicio. Es como que nació descompuesta, porque 23 días antes de que el fiscal ordene algún tipo de medida, la GNA ya se había metido en la cama de Silvera y su familia”.
Por último, antes del veredicto, Silvera tuvo la oportunidad de hablar por última vez y ante los jueces volvió a recalcar: “Soy inocente de todos y de cada uno de los cargos que me imputaron. Yo nunca quise aceptar otra opción que no sea el juicio oral, siempre busqué la justicia. Creo en la verdad y sólo la verdad nos hará libres”.
La causa que devino en debate oral y público contra el alférez Silvera se inició en 2009, cuando un subalterno suyo le comentó a otro compañero, a modo de confidencia, que el acusado recibía sobres con dinero de parte de camioneros y taxistas que pasaban por el puesto de Seguridad Vial del cual estaba a cargo en El Arco, sobre ruta nacional 12.
“Quiero seguir trabajando, es mi vocación”
Aliviado, emocionado y recibiendo la contención de sus familiares, Silvera dialogó con El Territorio en la vereda del tribunal y aseguró tener ganas de recuperar su trabajo y reintegrarse a las filas de Gendarmería. “Durante ocho años soporté esta situación, peleando contra un sistema que por sí tiene mucho poder y acá no sólo que me absolvieron, sino que han dado la orden de iniciar investigaciones contra los que actuaron en mi contra y contra las autoridades que armaron esta causa”, expresó. “Quiero seguir trabajando en la fuerza, es mi vocación y mi futuro. Sólo Dios sabe, pero con este fallo voy a hacer un recurso de revisión al director nacional de Gendarmería para que me devuelva mi trabajo. Yo tengo una familia, esta es mi vocación, para eso me preparé y para eso aguanté ocho años todo esto”, concluyó.
Fuente: https://www.elterritorio.com.ar/absolucion-para-silvera-y-nulidad-de-la-investigacion-en-su-contra-3673576056484955-et